El blog de Raúl Calero

El próximo 19 de abril a las 19 horas en el Salón de Actos del Foro de Azuqueca, IU de la Campiña (Alovera, Azuqueca y Villanueva) organiza una conferencia, dentro del ciclo Explorando Alternativas, sobre Las Comunidades en Transición y la Permacultura.

El ponente invitado, Antonio Scotti, es diseñador y profesor de permacultura desde 2003. Ha estado involucrado en el desarrollo de la Red de Permacultura Ibérica y ha impartido cursos de introducción a la permacultura y cursos de Certificado Diseño de Permacultura. Cofundador de la Asociación de Permacultura de ámbito español "Cambium Permacultura en Formación". Antonio es también consultor para diseños de permacultura, habiendo realizado proyectos de diseño para organismos públicos y privados. En la actualidad, Antonio forma también parte del profesorado del curso on-line, ofrecido por la UOC y Gaia Education, "Gaia Educación Design for Sustainability" y es miembro fundador de “Barcelona en Transició”. En la actualidad vive en Barcelona y es miembro coordinador del colectivo Permacultura Barcelona.

LAS COMUNIDADES EN TRANSICIÓN Y LA PERMACULTURA

Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía que hizo público en noviembre de 2010 la producción de petróleo convencional llegó a su cenit (peak oil o pico del petróleo) en 2006.

El pico del petróleo se define como el momento en el que la producción mundial llegará a su máximo y después rápidamente declinará poniendo fin a un periodo económico caracterizado por el bajo precio del petróleo.

El pico del petróleo inaugura también un momento de tensiones políticas entre potencias para controlar las producciones y el abastecimiento con el fin de mantener activas sus economías.

Y es que el petróleo se ha convertido en el pilar fundamental del modo de vida occidental hasta el punto de mueve el 95% del transporte mundial y resulta imprescindible en los sistemas actuales de producción agrícola y ganadera.

Según el economista norteamericano Jeremy Rifkin en su famoso libro “La economía del hidrógeno”: “Para producir una lata de guisantes de 270 calorías, el granjero consumió la ingente cantidad de 2790 calorías para mantener la maquinaria en funcionamiento y obtener los fertilizantes y los pesticidas. Así pues, por cada caloría producida, el tecnificado granjero termina consumiendo 10 calorías de energía procedentes del petróleo”.

Las comunidades en transición – o Transition towns – son una suma de movimientos locales que pretenden mitigar los efectos de la futura crisis global relacionada con el pico del petróleo.

Totnes es una ciudad del Reino Unido de unos 10.000 habitantes que fue la primera en dar, voluntariamente, los pasos hacia la autosuficiencia e independencia de los combustibles fósiles en septiembre de 2006.

Existen iniciativas en este sentido en todo el mundo. En España han surgido proyectos en Coín (Málaga), Jerez de la Frontera (Cádiz) y Barcelona.

Según Rob Hopkins, cofundador del movimiento, quienes participan activamente en el proyecto reducen su consumo de energía y el uso del coche, cultivan y compran comida local, trabajan lo más cerca posible de sus casas, conocen a sus vecinos, construyen con materiales de la zona, aprenden habilidades perdidas como coser o hacer cestas de mimbre y tratan de no viajar en avión.

El estado de Cuba, a causa de la pérdida de los acuerdos comerciales con la Unión Soviética tras su hundimiento y debido al boicot internacional, se enfrentó en los años 90 a una situación similar a la del pico del petróleo. Hoy Cuba, gracias a la permacultura, es el único país del mundo que cumple los dos criterios que, para la organización WWF, significan la existencia del desarrollo sostenible: desarrollo humano alto (IDH > 0,8) y huella ecológica sostenible (huella < 1,8 ha/p). En esta dirección web (http://vimeo.com/8653921) se puede ver un vídeo sobre los problemas a los que se tuvo que enfrentar el país caribeño y cómo se encontraron soluciones a través de la permacultura.

La permacultura es un sistema de diseño ecológico para la creación de lugares (ciudades, pueblos, fincas, empresas, escuelas, huertos, bosques, etc.) sostenibles, donde tanto la vida humana como el resto de las formas de vida de las que dependemos, tenga un lugar y pueda perdurar en el tiempo.

Un hábitat diseñado según los principios de la permacultura se entiende como un sistema en el cual se combinan la vida de los seres humanos de una manera respetuosa y beneficiosa con la de los animales y plantas, para proveer las necesidades de todos de una forma adecuada.

La ética de la permacultura se describe con sus tres principios fundamentales:

1. Cuidar la tierra.

2. Cuidar de las personas.

3. Reparto justo. Redistribución de los excedentes. Límites al consumo y a la reproducción.

Éstos son buenos tiempos para el cinismo (filosofía cínica), inmejorables para el sarcasmo como forma crítica. El “malestar en la cultura” se nos ha vuelto tan agobiante, que lo más eficaz de nuestra farmacopea nos estimula a renunciar a ella, la cultura, en la mejor medida posible, o más taimadamente, a consumirla en una forma abaratada y light, en píldoras de fórmula reconocida. El consumismo frenético y la propaganda ensordecedora de tantos productos nos invitan a comprarnos unas gafas oscuras y orejeras para ver y oir menos a fin de no embotarnos del todo. Tal vez lo más prudente sea escapar de la civilización a la “naturaleza”, o lo que nos han dejado de ella, de tanta perversión civilizadora y tanto progreso desconcertado.

Carlos García Gual. La secta del perro.